El amor no pasara jamas

Como jesuita aprendí desde el noviciado a hacerme amigo de los pobres, a no temerles, a no ofender su dignidad, a aprender de ellos, a sentirme querido, a conversar abiertamete con el que tiene menos, sin poses, con respeto, sin paternalismos.
Y hoy doy gracias a Dios y a los que me enseñaron todas esas cosas.
En el fondo, todos somos pobres...!! esta tragedia de Santa Fe 2003 nos ha igualado mucho. Tan vulnerables nuestras vidas, tan precarias nuestras seguridades.
En estos días he sido testigo del Amor de Dios.
Lo presencié, yo estaba aquí viéndolo, con la certeza que San Ignacio describe el primer modo de eleccion de los ejercicios espirituales. Ya veníamos insinuando algunas palabritas en el ámbito del Colegio, como compasivos, solidarios, enviados en misión , comunidad, hombres y mujeres para y con los demas... Y el Señor dejó consagradas estas palabras a un mes imborrables. El dijo estas palabras en mayusculas, y sin asomo de dudas.
Cuántas cosas quedarán en el anecdotario y lentamente se deslizarán hacia el olvido. Pero, y esto lo razaba esta misma mañana, el amor no pasará jamás.
He sido testigo del amor. En lo que otros nos hicieron llegar, en la presencia de la comunidad, en la gente que hospedamos aquì, en las palabras de aliento y compresión. tambien en muchos silencios; en el reencuentro de los inicialmente desencontrados, en otros hacia mí, en mí hacia otros, en una ciudad que asombró con su respuesta de ayuda inmediata.
Soy testigo de todo esto.
H. B., sj.

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