Acá en Kaohsiung llovió torrencialmente 2.500 mm en tres días, y en algunos lugares cayeron 2.900 mm. Dicen que fue tan terrible porque "pasó lento", razón por la cual las lluvias torrenciales y el viento arrasaron con cantidad de montañas y las piedras que arrastraba la corriente de los ríos destruyeron más de veinte puentes, ciento cincuenta rutas y muchísimas casas quedaron debajo de las piedras; las imágenes que veíamos por televisión eran terribles. Hoy es sábado y, después de dos semanas de sol y calor intenso, en algunos pueblos todavía estaban con el agua hasta el pecho.
Gracias a Dios el gobierno se movilizó rapidísimo y el ejército y miles de voluntarios llegaron de todas partes para ayudar; claro, el país está preparado para los tifones, que son comunes en esta zona y en esta época del año. Los soldados hacen el trabajo más pesado y peligroso, y los civiles ayudan a la gente a limpiar las casas.La gente se anota por internet para ir a ayudar; algunos piden uno o dos días en el trabajo para poder ir; muchos jóvenes, como están de vacaciones aprovechan para dar una mano. En el centro comunal de cada localidad les indican a dónde tienen que dirigirse y allí mismo los proveen de botas de goma, guantes, barbijos, toalla, chalecos, elementos de limpieza y la comida del mediodía; los ómnibus urbanos de Kaohsiung están a disposición para trasladar a los voluntarios desde la ciudad.
Una de mis compañeras de comunidad estuvo yendo todos los días a una ciudad que queda a 50 minutos de casa. Llegaba a casa por las noches con barro hasta la coronilla y me contaba, con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta, lo que había visto. ¡Cuánta desolación! La gente del lugar les decían a cada rato: ¡Gracias, gracias por haber venido!
Al grupo de la iglesia católica les encomendaron ayudar a un señor que está recién operado y tiene una empresa de organización de fiestas el depósito donde tiene toda la vajilla y elementos de cocina quedó tapado hasta el techo. Cuando bajó el agua, todo el material quedó repleto de barro; entonces, a lavar!
Yo, como estoy yendo a la escuela todos los días, recién tuve oportunidad de ir hoy. Nunca en mi vida vi tanto barro; íbamos pasando las vajillas de una palangana a otra hasta que quedaban bastante limpias. Cajas y cajas y cajas de vasijas de todos los tamaños y formas, platos, vasos, tazas, y demás.Te pido que reces mucho por esta gente que tanto está sufriendo la pérdida de sus seres queridos.
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